Cabañas en los Árboles (Cabanyes als Arbres)

Desde que tenemos a Ali, nuestras escapadas se han reducido al mínimo (y nuestros grandes viajes a cero pelotero), pero eso sí, intentamos que cuando hacemos una, el lugar sea realmente especial…


Por eso, cuando navegando por la red encontré las Cabanyes als Arbres, no me lo pensé dos veces, hice una reserva y me lo guardé para darle una sorpresa a Alfre. Y a finales de agosto, llegó el día (la reserva la hice en enero!).

El lugar es, sencillamente, de cuento. Las fotos de la web ( y las que yo hice y os enseño) no le hacen justicia. Escondido en un frondoso bosque, el entorno es mágico…
Las cabañas están separadas entre sí y la sensación de paz y aislamiento es inigualable. Ni un ruido.


Para llegar a ellas debes hacer camino a través del bosque (unas están bastante más lejos que otras, pero el paseo es un placer en sí mismo). Mejor dejar en casa las maletas de ruedas y los zapatos de tacón.

Las cabañas preciosas, acogedoras y muy bien decoradas. Materiales nobles y un gusto exquisito.
Cada una suspendida de un árbol al que respetan por completo, hasta el punto de que se dejan atravesar por él, quedando integrado como un elemento decorativo más de la estancia.


A algunas se accede por un pequeño puente colgante, a otras por unas escaleras que te acercan a una trampilla en el suelo de la terraza…



Un apunte: son cabañas ecológicas, lo que significa que no tienen agua corriente ni electricidad. Ningún problema. Abundantes velas, agua en una jarra vintage (lavabo sí que hay) y un pequeño y coqueto inodoro eco son más que suficiente.


La experiencia es genial desde que llegas… te entregan una cestita con un plano, un walki y dos frontales, y te encaminas así, cual caperucita roja a través del bosque, hasta tu cabaña. Unas están más lejos que otras de la casa principal (donde se cena, están los baños y duchas comunes (ideales!), un par de salas de lectura…). En la web vienen todas las especificaciones de cada cabaña para que reserves la que más te guste.

Un extra: han instalado un jacuzzi y una sauna seca de uso privado (hora y media para ti solito) al aire libre! Agua calentita mientras miras hacia arriba y ves árboles y más árboles. Os juro que es la leche!


El desayuno te lo dejan alrededor de las nueve de la mañana en una cesta que subes a tu cabaña con una polea, lo tienen todo muy bien pensado, todo encaja en el entorno. Y te lo tomas en una mesa que hay dentro o con una manta en la terraza… muy-muy romántico. La cena también pueden llevártela a la cabaña, pero el comedor de la casa principal es muy bonito y la cena allí un poco más completa… Por cierto, la cocina estupenda, casera y ecológica 100% y con varios platos vegetarianos.



Algunos apuntes más que os puede ser de interés:

  • En las cabañas no pueden alojarse niños de menos de 10 años.
  • Al lado de la casa principal hay una piscina y un agradable jardín…
  • Si en pleno invierno hubiera algún problema debido a ala climatología, tienen un plan B para alojar a los huéspedes en la casa principal.
  • Hay que llevar ropa de abrigo siempre, no olvidar que eso es la montaña y bosque cerrado, y hace fresquito por las noches.
  • Aunque las cabañas no tienen baño y debes ducharte en los baños comunes de la casa principal, resultan tan acogedores que no es ningún problema ( y os aseguro que no soy ninguna fan de los baños compartidos).


¿Y de precio?
Pues depende de la cabaña y la temporada, pero no baja de 100 euros por noche en a/d.
Pero os aseguro que vale cada euro que cuesta. Y la cara de Alfre cuando por fin se dio cuenta de a donde íbamos no tiene precio.
Nosotros estuvimos sólo una noche porque yo no sabía muy bien cómo iba a ser la cosa…
Y ya estamos pensando en cuándo volvemos un par de noches…

Pat.

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