Son unos curiosos moteles donde los jóvenes japoneses quedan para sus encuentros amorosos; se alquilan por noches completas o por horas y en la mayoría, por discreción, se hace a través de ventanillas automáticas, sin recepcionista: si la habitación está libre su pantalla está iluminada; si te gusta, la escoges. Listo.
Otra curiosidad tiene que ver con su extraña decoración…muchas son temáticas, algunas realmente increíbles…pero nosotros nos dejamos caer por ahí un domingo por la tarde y estaban a tope! y nos quedamos con una bastante sencillita, con luces ultravioleta y paredes y techo en plan cosmos…aún así fue genial. Conservo un gran recuerdo.
Por cierto, que allí tienes a tu disposición cualquier cosa que se te ocurra para amenizar la visita, desde preservativos hasta disfraces picantes, pasando por comida y videoconsolas, y también hay de todo para que al terminar te asees de arriba a abajo. En el nuestro, aunque sencillito, los productos eran de Shiseido! Los japoneses son muy limpitos.
Ah! Los hay por todo Japón. En Tokyo buscad en los barrios de Shibuya y Shinjuku. Se reconocen por sus luces y carteles, y por tener tarifas en la puerta. Hay calles repletas de ellos.
El pachinko es una especie de tragaperras donde los japoneses aficionados al “juego”, que en Japón está prohibido, pasan horas echando moneditas…no tiene ciencia, pero forma parte de su cultura.
La máquina para adolescentes…hay que verla y probarla…es una especie de cabina con un chroma detrás que te pone el decorado que tú eliges y te hace una serie de fotos de recuerdo que luego te imprime. Divertidísimo porque la máquina está programada para occidentalizar los ojos de las japonesas (se los hace más redondos), así que cuando redondea nuestros ojos “no rasgados”…sales en la foto con ojos de huevo. Muchas risas dentro y fuera de la cabina por unos pocos euros…
9.Vestirse como una japonesa más y salir por la noche a tomar algo en alguno de sus diminutos bares ubicados en pequeños pisos.
No voy a enseñar fotos…sólo diré que me compré unas medias rosa chicle y un enorme lazo rosa de lentejuelas, para el pelo, y me los planté con un vestido corto de cuero morado y unas Converse. Nadie pestañeó al verme pasar. En mi vida he ido más cómoda para salir.
Forma parte de la cultura tokiota: los jóvenes se expresan a través de su manera de vestir más que en ningún otro lugar y a nadie le importa ver a una chica vestida como Candy Candy o a un chico peinado como Son Goku. Es genial.
Respecto a los bares, aunque hay algunas discotecas, nos resultó más chocante encontrar, al mirar hacia arriba en algunas calles del barrio de Shibuya, pequeños apartamentos que son bares de copas. Llamas al timbre en la calle y subes un par de pisos. Ya estás en el bar. En algunos incluso se cena en la barra, mientras tomas algo. Es otro mundo. Chulísimo.
10.Comprar una “Bento box“(y comerse lo que hay dentro). Son cajas de comida para llevar que pueden comprarse casi en cualquier sitio, incluidas estaciones de metro y tren. Hay infinidad de cajas distintas aunque, en general, contienen una típica comida japonesa básica con arroz, verduras y una especie de pescado desecado que, en fin…se deja comer. Las cajas por fuera son mucho más bonitas que lo que encuentras dentro, pero merece la pena probarlo. Fue lo primero que nosotros comimos al llegar a Japón (era muy tarde y no había nada abierto, sólo encontramos esto en al estación). Los japoneses trabajan tanto y pasan tanto tiempo en medios de transporte para llegar a Tokyo desde sus casas que muchas veces han de comer así…
Y hasta aquí mi lista…debo decir que nos faltaron muchas cosas por hacer, por eso pensamos volver, y que si yo fuera uno de vosotros y estuviera planeando un viaje a Japón intentaría además pasar una noche en un hotel cápsula y asistir a algún torneo de Sumo. En su momento lo miré pero creo que esto último es incompatible con ir en la época del Sakura…
Espero que esta lista os haya resultado inspiradora y que os hayan entrado muchas ganas de viajar a Japón. La verdad es que quedaron atrás los tiempos en que resultaba carísimo y ahora es muy fácil organizarse un viaje desde aquí con alojamientos asequibles y llenos de encanto. Creo además que es un país donde viajar con niños es posible. Encontraréis infinidad de cosas que querréis comprar: preciosos cuencos y palillos para comer, papel de origami y papelería en general (me arrepiento mucho de no haber comprado más), yukatas preciosas (son como un kimono de ir por casa; los kimonos de verdad, los que ellos usan para vestir, son carísimos), muñecos Kokeshi de todos los tipos y colores, bonitos amuletos (esto en los templos budistas o sintoístas) para atraer la suerte en cualquier aspecto de la vida (perfectos para regalar)…en fin, de todo y todo bonito.
-No os vayáis sin dejar que uno de sus WC con chorros de agua os deje el culete como los chorros del oro. Están por todos sitios. Una sensación…curiosa, curiosa. Nada más…y si os animáis…Buen Viaje!